Nosotros como maestros debemos entender dos cosas: la primera que para los padres en general, sus hijos son su tesoro y la segunda que a nadie le gusta que le hablen mal de sus hijos.
Por esta razón debemos aprender cómo tratar con los padres de familia de los estudiantes que tenemos a nuestro cargo. Algunas de las siguientes ideas nos pueden ayudar.
- Resalte lo bueno que el estudiante tiene. Por muchas dificultades que éste presente, algo positivo tiene, por eso es importante que empiece por ahí, así crea en los padres mayor disposición para aceptar las cosas en las que sus hijos tienen dificultades.
- Reflexione con ellos sobre la conducta o desempeño de los niños, y señale que no se debe a “defectos de personalidad” sino a cosas que pueden ayudar a cambiar o mejorar.
- Dele pautas de cómo puede ayudar a su hijo en casa. En muchos casos, los padres no saben cómo orientar las tareas o regular las actividades académicas, el maestro debe indicarle cómo.
- Si el padre se muestra grosero o agresivo, dé por terminada la charla e indíquele que se le citará para otro día, cuando esté menos alterado. Recuerde que la agresión a un docente estatal está tipificada como agresión a un funcionario público y está penalizada por la ley.
- Sea amable, asertivo y empático.
- Escúchelos, las opiniones de todos son importantes.
- No compare al estudiante con ningún otro, recuerde que todos somos diferentes con nuestras cualidades y defectos.
- No permita que los padres estigmaticen a otros chicos del salón porque los consideran como una mala influencia para sus hijos. Recuérdeles que cada uno es autónomo respecto a las decisiones que toma.
- Indiquele la mejor manera de sancionar sin maltratar.
- Sea positivo y esperanzador. El padre espera que usted le dé una voz de aliento e insista en que la educación es una labor compartida.
En el siguiente video se presentan algunos casos de niños difíciles y la visión que tienen los padres. Puede servirles de orientación para usted como docente y para que les dé estrategias a los acudientes.